jueves, 22 de abril de 2010

PECADOS VENIALES Y MORTALES


Con base en lo anterior el catecismo de la Iglesia Católica reconoce dos tipos de pecados, veniales y mortales.[3] Para que un pecado sea mortal (infracción grave que destruye la caridad del hombre) se requieren tres condiciones: ‘Es pecado mEortal lo que tiene como objeto una materia grave (falta a uno de los 10 mandamientos) que sea cometido con pleno conocimiento (que la persona sepa que la falta es un pecado) y deliberado consentimiento (que la persona esté consciente de lo que hace y no lo haga bajo presión de personas o circunstancias).
El pecado venial es una infracción leve, que si bien no rompe la relación de amistad del hombre con Dios, como lo hace el pecado mortal, sí deteriora esa relación, y dispone al hombre para caer en pecado mortal. En palabras del padre Jorge Loring, en el libro "Para Salvarte", una tos pequeña, pero descuidada, puede llevar a la sepultura. Un punto negro en un diente no es nada, pero si no se lo enseñas al dentista, pronto todo el diente quedará dañado, y hasta puede ser necesaria la extracción.

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